Corrian los primeros días del mes de Marzo del presente año cuando Solari recibía el finiquito de manos de Florentino Pérez. Y todo después de quedar eliminado de Copa del Rey frente al "alineación indebida", quedarnos sin opciones en Liga y con la debacle en Champions frente a Ajax.
Todo en una semana horrible en la que el castillo de naipes que era nuestra planificación deportiva, se vino abajo.
Hace dos meses que aquello pasó, pero se nos ha hecho eterno. Como una pesadilla de la que quieres despertar, y no puedes.
Una pesadilla final.
Quiza sea este el precio que debemos pagar por haber ganado tres Champions seguidas.
Es un triste consuelo pensar esto, pero es un consuelo, a fin de cuentas.
Ni Zidane, ni los entretenidos aportes de Brahim Díaz o la confirmación de la gran temporada goleadora de Benzema nos han quitado el tremendo enfado, con un equipo que tampoco ha hecho mucho por cauterizar unas heridas que escuecen más en cada partido, gracias a nuestro rivales que urgan en ella, sin tenerle el mas minimo miedo o respeto a nuestro escudo y nuestra camiseta.
Poco respeto le podemos pedir a nuestros rivales cuando nuestro jugadores son negligentes a la hora de ganarselo.
El desencanto en la afición es de tal magnitud, que no estoy seguro de que una buena actuación de los jugadores hubiera cambiado la percepción de la temporada.
Si ciertos miembros de la plantilla se hubiesen puesto las pilas, se les hubiera recriminado que tenian que haberlo hecho antes.
El descontento solo lo puede arreglar un final de Liga largamente esperado, acompañado de varios traspasos , de los que van y de los que vienen.
Una limpieza necesaria en el vestuario, que tambien está siendo largamente esperada, y se me antoja que será corta, insuficiente, o inexistente.
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